A veces lo original.. es volver al origen¡¡ por ello hoy os quiero hablar de una interesante y quizás poco conocida parte de la arquitectura popular galaico-asturiana: los Horréos.
Aunque existen también en algunas comunidades como el Pais Vasco, los horréos son típicos de Asturias y Galicia. Sin embargo, éstos presentan diferencias según la zona geográfica en la que se asientan.
En cuanto al horreo asturiano, se tratan de construcciones plenamente funcionales, con una gran cala de madera de planta cuadrada, de unos 5-7m de lado y unos dos de altura, apoyada sobre cuatro soportes( sobre 6 si son "paneras") de 1,5 a 2m de altura, que la aislan del suelo. Los soportes 0 "pegollos" suelen ser de granito, caliza o madera con forma de pirámide truncada de cuatro caras. Éstos apoyan en basas de piedra, "palpayos" y se coronan a modo de capitel, con otras losas de piedra (planas, cuadradas o redondas, llamadas muelas) que con su gran vuelo impiden la subida de roedores.
La puerta suele estar orientada al este o al sur, zonas menos castigadas por el viento y la lluvia. A ella se tiene acceso a través de una escalera de piedra (patín) separada del horreo, cuya meseta superior queda a unos 50cm por debajo del suelo de la panera. Para salvar este espacio se coloca bajo la puerta un tablón (tenovia) fijado a la trabe, nombre que recibe cada una de las cuatro vigas que forman el entramado principal del suelo. En el lado opuesto a la puerta, se abre otro hueco mas pequeño para la ventilacion (portuco).
Los horreos gallegos por su parte, son pequeñas construcciones exentas, elevadas sobre pilotes. Cumplen la función de granero y almacén de frutos y es un complemento de la vivienda rural popular.
Por su solución funcional, carácter y armonía constituye un elemento de gran interés arquitectónico y pintoresco. Casi siempre tiene forma de paralalepípedo rectángulo (de 5 x 1,50m y 2 m de altura), descansa sobre 4, 6 u 8 pilotes o fustes, llamados pes dereitos, de unos 2 m de altura, con losas a manera de capiteles, generalmente de planta redonda, denominadas rateiras o torna-ratos; losas que tienen, a veces forma de seta, con su parte interior plana o algo cóncava, para evitar que puedan trepar los roedores.
Según su morfología, podemos encontrar hórreos gallegos: de madera, de piedra, o mixtos.
Salvando las distancias y algunas diferencias, ambos son elementos propios de la cultura norteña, gallega y asturiana. Construcciones que hoy, debido a la venida a menos de lo rural y la proliferación de la vida urbana, han perdido en parte su uso e interés.. pero ¿por qué permitir que mueran? son tradición y memoria, bienes que forman parte de nuestra cultura. Un viaje por Asturias, sirvió a Jovellanos para darse cuenta de su singularidad y valor. De ello daba cuenta ya en sus cartas a Ponz el erudito gijonés, siendo uno de los primeros defensores, de esta construcción que hoy necesitada de soluciones urgentes para seguir en pie. Pero.. ¿cómo podemos evitar su olvido y destrucción?
Quizás para evitar su desaparición sería interesante cambiarlos de uso, reinventar sus funciones.. en definitiva adaptarlos a nuestros tiempos y necesidades. Esta sería la única manera de hacerlos pervivir. Pero para esto, también la normativa sobre los hórreos ha de mejorar. Los horreos son baratos y además exentos del IBI, pueden darsele muchisimas funciones en una finca. Pero cuando son usados con usos no "tradicionales" como garage del coche bajo sus pegollos, vivienda.. los ayuntamientos empiezan a sacar peros. Dejar de restringir sus usos a los tradicionales, volviéndolos así una carga para sus dueños y permitir un desarrollo y una evolución en su uso, sería un gran paso. O nos permiten, adaptar el hórreo a sus tiempos o no se adaptará, lo que irreparablemente conducirá a su desaparición. Qué tal por ejemplo, relanzarlos como.. ¿"apartamentos" rurales?
[caption id="attachment_945" align="aligncenter" width="234" caption="Casa Ranón, Ecosistema urbano"][/caption]
Os dejamos, con un gran ejemplo, en Ranón, Asturias [ver+] Se admiten sugerencias¡¡
Artesanía en madera, realizada por Angel Fernández.
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