domingo, 24 de marzo de 2019

Berna, el corazón de Suiza



En nuestro afán por seguir descubriendo ciudades europeas, nos hemos ido hasta Suiza, concretamente a su capital, la preciosa Berna. 


Torre del reloj

Como curiosidad, contaros que su nombre procede de la palabra oso, en alemán (Baer) y es que según la leyenda su fundador, el duque Bertoldo V, de los Zäringer, prometió ponerle el nombre del primer animal que viese en una cacería en la que iba a participar... y éste fue el oso. Por eso, el úrsido forma parte de su escudo así como de muchos de los souvenirs de la ciudad y a el se le ha dado un privilegiado lugar a orillas del río Aar, en el Bärengraben, donde (salvo en épocas de invierno, en las que estarán hibernando) podreís ver a los que son los animales más queridos de la ciudad. 


Bärengraben

Su casco histórico, es patrimonio cultural por la Unesco (1983) y es que paseando por sus calles pareciera que el tiempo se ha parado y que uno se transporta al medievo con sus calles empedradas, sus arcadas y las maravillosas fuentes que la recorren y que se conservan increiblemente bien. 



Entre sus arcadas, nos encontramos puertas inclinadas que conducen a la parte menos visible de la ciudad pero no menos importante: sus sótanos. Donde podemos encontrarnos desde peluquerías, hasta bares, pubs o tiendas de souvenirs. 
  




Es una ciudad limpia, en la que es dificil por no decir imposible encontrar un papel en el suelo, algo que habla más que bien del civismo de sus habitantes. Hablando de habitantes... uno de los más ilustres y conocidos, fue Albert Einstein, y no pudimos pasar la oportunidad de conocer la casa donde vivió en Berna, justo cuando descubrió la Teoria de la Relatividad. Aqui en el salón de la que fue su casa, nos despedimos hasta muy prontito!!! feliz semana!


Salón de la casa de Einstein




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