jueves, 8 de septiembre de 2011

[Arquitectos por el mundo...BRASIL (II)] Sobre Lina BO BARDI


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[caption id="attachment_1824" align="aligncenter" width="300" caption="Ambiente interior del SESC"][/caption]


"El SESC, está lleno de vida. Le dan un uso tremendo. Tiene un espacio enorme y se llena de gente.  El MASP,  es mucho más simple en cuanto a programa, pero no menos importante. La sala de exposiciones, es la que más cambios ha sufrido. Proyectada  para que las obras de arte fuesen serpenteadas por la gente, como si de un paseo por una calle cualquiera de Sao Paulo se tratase, era totalmente abierta. (me muestra la fotografía inferior) Sin embargo, hoy, dividida, busca crear recorridos, y ya no es la que era. La visión del espacio que Lina en su momento había pensado, hoy es otra, que nada tiene que ver." 




[caption id="attachment_1793" align="aligncenter" width="300" caption="Sala de exposiciones segun proyecto de Lina, hoy en dia subdividida generando recorridos."][/caption]




Con esas palabras, nos describía Jose Ramón, como sabeís, nuestro "corresponsal" SPN en Brasil, sus impresiones, tras la visita a estos dos conocidos edificios cariocas: el SESC y el MASP, obra de la arquitecta italo- brasileña Lina Bo Bardi en la ciudad de Sao Paulo.


Hoy en nuestro repaso a los edificios más emblemáticos de Sao Paulo, queremos dedicarle un espacio a estos dos, que sin duda, son de los más importantes, en la no poco extensa obra de Lina, cuya figura sería casi tan importante en América Latina, como lo fue la de Eileen Gray para Europa.






Situado en la avenida paulista, en un terreno desde el que se avistaba el centro de la ciudad y la sierra de Cantareira, el proyecto exigía una edificación subterránea o  una suspendida, que no perjudicase la amplitud del panorama que desde allí se percibía.





Aquel era el único lugar donde el Museo de Arte de São Paulo podría ser construído; el único lugar digno para la proyección cultural; de ser considerado la base del primer Museo de Arte de América Latina Lina Bo Bardi

Finalmente, Lina, se quedaría con ambas formas de crear el edificio, concibiendo un bloque subterráneo y otro elevado. Éste último, se convertiría en la mayor planta libre del mundo en la época, que suspendida a 8m del suelo tenía un total de 74m entre apoyos. Hecho que consolidó así, el uso del hormigón pretensado en Brasil.












Entrando por primera vez a la entonces abandonada Fábrica de Tambores de Pompéia, en 1976, fue que me despertó la curiosidad, en vista de una eventual recuperación del local en un centro de ocio, fueron aquellos galpones distribuidos racionalmente conforme a los proyectos ingleses de comienzos de la industrialización europea, de mediados del siglo XIX. Aunque lo que me encantó fue la elegante y precursora estructura de concreto. Recordando luego al pionero Hennebique, pensé luego en no conservar la obra. Fue así el primer encuentro con aquella arquitectura que me causó tantas historias, siendo consecuencia natural de tener que haber sido de un trabajo apasionante.

La segunda vez que estuve ahí, un sábado, el ambiente era otro: no existía más la elegante y solitaria estructura Hennebiqueana, sino que un público alegre de niños, madres, padres y ancianos que pasaban de un pabellón a otro. Los niños corrían, los jóvenes jugaban fútbol debajo de la lluvia que caía de los tejados rotos, riendo, dándole chutes a la pelota en el agua. Las madres preparaban sándwiches en la entrada de Rua Clélia; un teatro de muñecos funcionaba cerca de la misma, lleno de niños. Pensé: esto debe continuar así, con toda esa alegría. Volví muchas veces, los sábados y los domingos tratando de fijar aquellas alegres escenas populares.
Lina Bo Bardi
















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